Las preferentes, a punto de firmar el final de su culebrón
El Gobierno aclarará cómo deben hacerse los canjes de Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa
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Bruselas obliga a que los dueños asuman pérdidas para reducir la factura del rescate
PABLO M. SIMÓN - 18/08/2012 - 07:00
Unos 120.000 ahorradores están en vilo desde hace meses. El Gobierno, Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Bruselas negocian contrarreloj las condiciones para dar una salida a los casi 4.470 millones de euros en preferentes vendidas a particulares que están en impago. Se les ofrecerá canjear los títulos o recomprárselos. Pero los detalles concretos todavía se desconocen.
Eso sí, el pliego de condiciones que España firmó para recibir los hasta 100.000 millones con los que tapar los agujeros del sector financiero (el Memorándum de Entendimiento o MoU, según sus siglas en inglés) es taxativo: los dueños de estos híbridos deben contribuir al saneamiento de las entidades. Es decir, deberán asumir pérdidas, al menos en un principio. Otra cuestión es que los titulares, a cambio de las preferentes, reciban activos que ofrezcan una rentabilidad suficiente durante un plazo amplio para que puedan recuperar su inversión inicial con el paso de los años.
El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a tener lista a finales de agosto la ley que concrete cuál será la fórmula mediante la que los inversores asuman una fracción del coste de las reestructuraciones y, al mismo tiempo, recuperen una parte de su dinero. El mercado espera que el consejo de ministros apruebe la norma el próximo día 24, junto con la legislación que regule la creación del denominado banco malo. Fuentes financieras apuntan que también se respetarían los plazos si se le da luz verde en el consejo de ministros previsto para el 31 de agosto.
Diferentes opciones
Encima del tapete todavía hay varias opciones. El deseo de Bankia es que los alrededor de 80.000 clientes con 3.056 millones de euros en preferentes reciban el producto más favorable. El MoU abre la puerta a convertir las preferentes en deuda preferente (bonos sénior) o fondos propios (bonos necesariamente convertibles o acciones), si bien añade que los bancos con déficit de capital que precisen de ayuda pública deberán convertir "el capital híbrido las preferentes y la deuda subordinada en recursos propios bonos necesariamente convertibles o acciones o mediante recompra con descuentos considerables con ocasión de la inyección de capital público".
La primera opción de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri es la deuda preferente. Al ser renta fija clásica, los titulares recibirían puntualmente los intereses, sin quedar a expensas de que la entidad tenga o no beneficios. La segunda opción serían los bonos obligatoriamente convertibles. El producto computaría desde el principio como recursos propios de máxima categoría (core Tier 1) para la entidad, y los ahorradores recibirían una rentabilidad anual hasta que los bonos se transformen en acciones.
Lo que no se discute es el hecho de que los inversores recibirán de entrada menos dinero del que originalmente invirtieron. El MoU especifica que las entidades rescatadas podrán ofrecer como máximo una prima del 10% respecto al precio de mercado. Lo que ocurre es que no existen precios de mercado fiables debido a su mínima liquidez. La cotización del viernes de las preferentes que Caja Madrid vendió en 2009 era del 43% del nominal. En otras palabras, aquellos que quieran deshacerse de los títulos deben asumir una pérdida del 57%. Y según recoge el MoU, en caso de que se tenga en cuenta este precio -recordemos que el mercado es muy ilíquido y por tanto poco representativo-, la valoración de las preferentes habría de ser como máximo del 53%, lo que implicaría una quita inicial del 47%.
Recuperar la inversión
La clave estará en jugar con el plazo del instrumento con el objetivo de que los ahorradores puedan recuperar la mayor parte de su inversión inicial. Por ejemplo, Banesto ofreció el pasado marzo canjear sus casi 500 millones de euros en preferentes por bonos con un valor de mercado un 6,3% inferior al precio al que vendió las preferentes. La buena noticia es que la deuda que entregó vence en 2015 y paga un 3% anual, de manera que quien mantenga los títulos hasta su vencimiento recuperará el dinero invertido gracias a los intereses. Igualmente, Sabadell entregó a los dueños de preferentes de Caja Mediterráneo (CAM) acciones propias que implican unas pérdidas del 22% respecto al valor de su inversión inicial según el cierre en Bolsa del viernes del banco catalán. Pero dejó la puerta abierta a compensaciones a aquellos inversores que se queden en el capital; les pagaría un 6% anual durante cuatro años. Es decir, pasado ese tiempo el inversor que haya mantenido sus acciones habrá recibido un 24% del valor nominal de la inversión original en preferentes. Así, un cliente que compró participaciones de CAM por 100.000 euros que dijera "sí" al canje y no haya vendido los títulos tiene acciones de Sabadell valoradas en unos 77.900 euros y recibirá 24.000 euros adicionales si se queda con ellas hasta 2016.
También hay que tener en cuenta que los dueños de las preferentes de la CAM, de Bankia, de Novagalicia y de Catalunya Caixa se han embolsado durante unos años intereses por encima del mercado en la mayor parte de los casos. Las preferentes de Caja Madrid han pagado, por ejemplo, un 7,5% anual entre el verano de 2009 y hasta que se produjo el primer impago, el pasado 7 de julio. Para una inversión de 100.000 euros, los intereses recibidos han sido de unos 20.600 euros.
Las entidades pequeñas
Las preferentes de Novagalicia y de Catalunya Caixa ni siquiera disponen de cotizaciones recientes, según Bloomberg. Son 903 millones de euros en participaciones de la entidad gallega, en manos de unos 20.000 ahorradores según la CNMV, y otros 510 millones de la entidad catalana, con aproximadamente la misma cantidad de inversores, de acuerdo a los datos del supervisor.
La mala noticia es que, salvo Bankia, el resto de las entidades rescatadas no cotizan en Bolsa. ¿Se les podría ofrecer un bono convertible? Banco Mare Nostrum sí lo ha hecho con institucionales, pero no tendría ningún sentido llevar a cabo esta extraña operación con clientes de oficina, explican fuentes financieras.
Las posibilidades para las preferentes de Novagalicia y Catalunya Caixa quedan por tanto reducidas a dos, al menos en principio. La primera, y más favorable para los clientes, sería un canje por deuda sénior, siempre y cuando Bruselas pase por el aro y dé su brazo a torcer. Se les entregarían títulos que cubrieran parte de su inversión inicial, en torno al 50% según fuentes financieras, con unos intereses determinados hasta su vencimiento.
La segunda opción sería una "recompra con descuentos considerables", como indica el MoU. Si triunfa esta última fórmula, la diferencia entre el precio de recompra y el nominal se computaría como beneficios, que irían a reforzar los fondos propios de la entidad. Por ejemplo si ofrecen el 50%, Novagalicia se podría anotar unas plusvalías de unos 452 millones de euros y Catalunya Caixa, de 255 millones. La CNMV, en un informe sobre preferentes del pasado 28 de junio -una vez que Luis de Guindos presentó a Bruselas la petición formal del rescate a la banca-, desvelaba que tenía conocimiento de que ambas entidades estaban "en negociaciones con la Comisión Europea para obtener su beneplácito y proceder a recomprar en efectivo las participaciones preferentes emitidas".
Nuevas normas de venta
El Gobierno también regulará la venta de participaciones preferentes entre pequeños inversores, como adelantó Luis de Guindos. Elevará el importe mínimo de suscripción -en el caso de las comercializadas por Caja Madrid fue de tan solo 100 euros- y exigirá la existencia de un tramo dirigido exclusivamente a inversores cualificados. También el MoU hace referencia explícita al hecho de que debe protegerse mejor a los pequeños inversores de este tipo de productos.
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