lunes, 3 de septiembre de 2012

CONSEJOS PARA ESCRITORES




¡Hola!


Hace unas semanas os hablamos del temido bloqueo del escritory os dábamos una serie de pautas para evitarlo. Aunque el bloqueo puede aparecer en cualquier momento, lo cierto es que si hay un trabajo previo a la hora de escribir un relato, guion, novela, etc., es más difícil que suceda.

Hoy os vamos a dar unos cuantos consejos para que el proceso de creación de vuestras obras sea lo más productivo y placentero posible, dado que os ahorrará más de un quebradero de cabeza y facilitará el desarrollo de las ideas y la forma en que quedan plasmadas.

Lo que os vamos a indicar son meras pautas. Obviamente, cada persona tiene una forma de trabajar y no hay leyes universales en cuando a la creatividad, pero la experiencia nos dice que estas bases son las más recomendables para la gran mayoría de los escritores.

Puntos clave a tener en cuenta para escribir tu historia:

- Dedícale tiempo al trabajo previo

Aunque tengas una idea brillante y te mueras de ganas por empezar a escribir, es mejor que tengas paciencia contigo mismo y dediques el tiempo necesario (horas, días, semanas o meses) a preparar tu obra antes de lanzarte a llenar páginas y páginas de letras.

¿En qué consiste este trabajo previo?

- Haz una sinopsis (un resumen) del argumento en el que quede claro qué es lo que quieres contar.
- Define muy bien el inicio de la historia, el nudo central y el descenlace. Así cuando empieces a escribir, aunque a medida que lo hagas te surjan nuevas ideas y subtramas imprevistas, siempre te dirigirás a una meta, es decir, el final que has previsto para tu historia.
Documéntate. Tanto si tu historia tiene lugar en la época actual en una ciudad, como en un mundo imaginario o en un país lejano de la época prehistórica, tienes que conocer bien el entorno en el que la historia se va a desarrollar para que tenga credibilidad. Busca fotografías, lee artículos y reportajes, escucha música relacionada con la cultura en la que vas a indagar o que te inspire, o películas... Lo que consideres oportuno y adecuado a tus gustos y necesidades.
- Escribe una pequeña biografía de tus personajes. Tienes que conocer todo lo relativo a ellos, no solamente su físico, sino su pasado, su personalidad, las vivencias pasadas que les han marcado, sus sueños, sus motivaciones. Esto es muy importante, puesto que tú lo vas a saber todo de ellos, pero el lector no. Las personas que lean tu historia tienen que ver que los personajes actúan de forma coherente según las situaciones en las que se ven envueltos. Vamos a poner un ejemplo: si tienes un personaje que es una delicada princesa, no tendría mucha coherencia que de buenas a primeras se encontrase una escopeta y empezara a disparar a diestro y siniestro con gran habilidad..., a no ser que tu personaje en realidad haya recibido formación militar y lleve una vida completamente distinta como tapadera para llevar a cabo una importante misión.

- Sin prisa pero sin pausa

Muchos escritores comienzan sus obras con una energía desorbitada, con ganas de escribir horas y horas. Pero a medida que pasan los días, esas ganas locas se van esfumando, sentarse a escribir cada vez resulta más pesado y se acaba abandonando el proyecto por dejadez.

Si te ha ocurrido esto alguna vez, no te culpes, pues es normal. El consejo que te damos, es que antes de empezar a escribir tu historia, te conciencies de que va a ser un proceso largo. Escribir es cuestión de imaginación, habilidad y talento, claro, pero también de constancia. Hay que ser disciplinado y dedicarle, si no un rato cada día, sí un tiempo de forma regular. Dos días a la semana, un día entero al mes... Ya depende de cada persona, de sus circunstancias personales y del tiempo que disponga. No hay una mejor hora para escribir ni un mejor entorno. Hay escritores que prefieren escribir de noche, otros de día; otros solamente pueden escribir en un mismo lugar y sin que nadie los moleste, mientras que otros llevan siempre encima una libreta y escriben en cualquier lugar (el metro, una cafetería, etc.).

- No tengas miedo a escribir lo que realmente quieres escribir

A veces tenemos en mente una historia y estamos decididos a escribirla, pero cuando empezamos, asalta la gran duda: ¿qué pensará tal persona (familia, amigos, pareja) si leyera esto? Y por vergüenza, miedo y demás, no nos atrevemos a hacerlo.

Nuestro consejo es que te seas fiel a ti mismo. Es imposible que una historia, un cuadro, una canción, etc., guste a todo el mundo. Por ello, no temas y escribe lo que te gusta.

- Busca una primera opinión externa

Cuando hayas terminado de escribir tu obra, pídele a una persona de tu confianza que se la lea. Ha de ser una persona con la que tengas confianza suficiente para que te pueda dar su opinión sincera, ya que es muy probable que tú mismo no aprecies que algunos pasajes de la historia son repetitivos, o que le hace falta más diálogos, menos descripciones, etc.

- Corrígela dejando pasar un tiempo prudencial

Una vez hayas terminado tu obra, y después de que haya pasado por las manos de tu (o tus) persona de confianza, es recomendable esperar un tiempo antes de retomarla para hacer las posibles correcciones y rectificaciones. Si dejas pasar unos días, incluso un par de semana, leerás tu propio texto con mayor objetividad. El proceso de revisión y corrección de tu propio manuscrito puede ser muy tedioso, pero es un paso igual de importante que los demás.

- Cuando hayas puesto el punto final, ¡regístrala!

En esta entrada de nuestro blog puedes encontrar más información acerca de cómo proteger tu creación y asegurarte tus derechos como autor.

- Una vez registrada, que vea la luz

Y en esta otra entrada del blog te hablamos de las diversas formas que existen para dar a conocer una historia. Entre todas esas formas, no olvides que cada vez que abrimos un periodo de recepción de novelas y relatos, aceptaremos encantados tus propuestas.

Esperamos que estos consejos os hayan resultado de utilidad. Tanto si estás escribiendo actualmente y estás a mitad de tu novela, como si tienes muchas ideas y no sabes cómo empezar, ¡a por todas y a trabajar duro!

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