ASTURIAS PEQUEÑA HISTORIA
El escritor salmantino escribió su poema tras la caída de Asturias el 20 de octubre de 1937 en manos franquistas y en su texto se evoca la revolución de 1934 y la cruel represión posterior a manos del gobierno de la República. No obstante, parece que el poema ya había empezado a bullir en la cabeza de Garfias en 1934, a raíz de los sucesos del octubre asturiano; hechos que impresionaron vivamente al poeta espoleando su espíritu revolucionario. Dice Francisco Moreno Gómez en su trabajo titulado «Pedro Garfias, contra la ausencia y el olvido» incluido en el volumen recopilatorio Pedro Garfias: sintiendo Asturias, entre España y México (Gijón, Centro EPA, 2001, pág. 63-80): «Aquella lucha frustrada impresionó vivamente al poeta, tanto que prestó su domicilio en Madrid, en la calle Lista, para ocultar a dos fugitivos revolucionarios de Asturias (testimonio de su viuda, Margarita Fernández, en Osuna, 10-9-1992). A partir de esas fechas, en la mente del poeta empezó a bullir ya el célebre poema "Asturias", luego casi un himno de los asturianos exiliados. El poema lo bajó de las musas en otro octubre, el de 1937, cuando las tropas franquistas acabaron por segunda vez, y para siempre, con los luchadores mineros». El texto se hizo muy célebre en México, ya que Garfias lo incluía siempre durante sus recitales en los Centros Asturianos y en el Restaurante «El Hórreo» del D.F., regentado por el asturiano Raimundo Fernández.
Según indica Juan Matas Caballero en su artículo «Una semblanza contra el olvido: perfil biobibliográfico de Pedro Garfias», incluido en citado volumen recopilatorio (pág. 41), se trata de «uno de los romances de guerra mejor elaborados» de todos los tiempos: «El rigor y la precisión estilística (concatenaciones, metáforas, antítesis, paralelismos...), el ritmo ágil del verso octosílabo, la rima asonantada propia del romance, consiguen que los recientes acontecimientos que se cantan impacten con contundencia afectiva en el sentimiento que impregna la memoria colectiva asturiana y española». En parecidos términos se pronuncia Francisco Moreno Gómez (op. cit., pág. 66): «El poema es de una perfecta ejecución en fondo y forma (...). Es un romance pleno de recursos y bellas imágenes. Paralelismos, antítesis, metáforas, concatenaciones, versos simétricos ("Los ojos ciegos, los ojos", "Dos veces, dos...", "firme sobre roca firme"). La sinceridad del sentimiento hizo a Garfias poner toda su creatividad en acción, para un logro perfecto».
Antes incluso de morir Francisco Franco, el poema ya había sido musicado por el cantautor asturiano Víctor Manuel. Pero debido a la censura no apareció en vinilo (hoy toda una rareza) hasta 1976, cuando la casa Philips lanzó un single conteniendo esta canción en su cara A. Sin embargo no fue hasta 1983, incluida en una nueva recopilación de Víctor Manuel, cuando acabó popularizándose. Esta misma interpretación ha terminado convirtiéndose para la inmensa mayoría de asturianos en un verdadero segundo himno de Asturiaspor su letra: más seria, profunda y contundente que la del Asturias, patria querida, ésta de carácter más popular y festivo.
Víctor Manuel había escuchado el poema de Garfias en México D.F., en el mencionado Restaurante «El Hórreo», durante su primer viaje a México a finales de 1970. La honda impresión que le causó al cantautor asturiano queda reflejada en sus propias palabras:
En mi primer viaje a México, a finales de 1970, fui agasajado muchas veces por mis paisanos. En uno de estos encuentros, en el restaurante El Hórreo de la familia Tomás, a los postres, llegó el turno de palabras y se levantó Luis Roca Albornoz que había sido consejero de Hacienda en el Gobierno de Asturias y León. Tras una breve introducción pasó a leer un poema de un autor para mí desconocido llamado Pedro Garfias, muy querido entre los exiliados republicanos. El poema me estremeció desde las primeras líneas, y cuando Luis acabó su lectura yo tenía un nudo en la garganta. Me dio el poema y al cabo de un rato, ya en la habitación de mi hotel, agarré la guitarra y le puse música.(...) No recuerdo cuándo la canté por vez primera, supongo que sería a finales del 73. Prohibieron grabarla en disco y anduve cantándola en vivo. La prohibían porque decían que no podía decirse "millones de puños gritan", lo demás no parecía importarles, seguramente no sabían de qué hablaba. Autorizaron la primera grabación en el 76 para un concierto en vivo que hice en el Teatro Monumental de Madrid, pero la canción empieza a descubrirla la gente a partir de otra grabación del año 83. (...) Yo me siento incapaz de escribir sobre Asturias tan bien como él, por eso le he puesto música.
No es seguro que una de las más célebres estrofas de este poema («dos veces, dos, has tenido / ocasión para jugarte / la vida en una partida, / y las dos te la jugaste...») haga alusión, como a menudo se cree, a la revolución de 1934, por un lado, y a la Guerra Civil Española por el otro. Quienes realizan esta interpretación –generalmente provenientes de la izquierda ideológica– se apoyan en que Garfias escribió este poema inmediatamente después y a raíz, según ellos, de la conquista de Asturias por el bando Nacional en octubre de 1937. Sin embargo, es más que probable que esos hechos históricos a los que alude el poeta, trascendentales en la historia de Asturias y de España, no sean otros que labatalla de Covadonga del año 722, la cual dio comienzo a la Reconquista, y el citado episodio revolucionario de 1934. Sea como fuere, lo que subyace en dicho poema –más allá de su circunstancia estrictamente política– es la eterna rebeldía de los asturianos a lo largo de toda su historia, frente a cualquier tipo de tiranía o sumisión militar o política. De ahí que esta composición haya sido y sea asimiliada y acogida preferentemente en el ámbito de la izquierda política.
TEXTO DEL POEMA:
Asturias, si yo pudiera,
si yo supiera cantarte...
Asturias verde de montes
y negra de minerales.
Yo soy un hombre del Sur
polvo, sol, fatiga y hambre,
hambre de pan y horizontes...
¡Hambre!
Bajo la piel resecada
ríos sólidos de sangre
y el corazón asfixiado
sin venas para aliviarte.
Los ojos ciegos, los ojos
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias lejana,
hija de mi misma madre.
Dos veces, dos, has tenido
ocasion para jugarte
la vida en una partida,
y las dos te la jugaste.
¿Quién derribará ese árbol
de Asturias, ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable
que corre por toda España
crispándonos de coraje?
Mirad, obreros del mundo
su silueta recortarse
contra este cielo impasible
vertical, inquebrantable,
firme sobre roca firme,
herida viva de su carne.
Millones de puños gritan
su cólera por los aires,
millones de corazones
golpean contra sus cárceles.
Prepara tu salto último
lívida muerte cobarde
prepara tu último salto
que Asturias está aguardándote
sola en mitad de la Tierra,
hija de mi misma madre.
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