Las empresas ahorran más y mejor
Este ha sido un buen año para los planes de pensiones en general y, dentro de estos, los de empleo –así se denomina a los productos de ahorro promovidos en las empresas– vuelven a brillar por encima de todos. Estos productos no solo han alcanzado el volumen récord histórico de 32.840 millones de euros, tras haber crecido un 5,3% en el año, sino que un ejercicio más se confirma que los planes de pensiones promovidos por las compañías logran de media mejor rentabilidad que los individuales.
En concreto, los cerca de 2,2 millones de personas que cuentan con este beneficio empresarial lograron para su ahorro una rentabilidad media del 8,04% en 2012, mientras que sus planes individuales, en el caso de que los tuvieran también, alcanzaron un 5,67%.
Si buscamos la comparativa de rentabilidades por categorías, las diferencias pueden ser incluso mayores si nos fijamos, por ejemplo, en el 3,47% obtenido por los productos de renta fija a corto plazo, casi cinco puntos menos. Solo los planes de renta variable, con un 10,43%, ganan claramente a la media de los planes de empleo, mientras que los individuales de Bolsa mixta se quedan casi a la par con un 8,62% de beneficio.
¿Cuál es la razón de esa diferencia mantenida en el tiempo? Algunos piensan que estos instrumentos de ahorro tienen una definición más clara de los mandatos y un seguimiento exhaustivo de la marcha del producto por parte de las comisiones de control de los fondos. “Es un tipo de inversión que quizá no está muy bien vista por su falta de liquidez, pero lo cierto es que logran buena rentabilidad porque las comisiones de control están muy encima de la gestión, lo que es un plus para obtener rentabilidad”, asegura Xavier Bellavista, director del área de inversiones de Mercer.
Otros no creen que ese control sea la clave y sitúan la explicación en los gastos que soporta cada tipo de producto. Esa es la tesis de Álvaro Monterde, experto en previsión social de March JLT, que asegura que “la diferencia en la rentabilidad se encuentra básicamente en las comisiones, que en el caso de los planes individuales suele estar entre el 1,5% y el 2%, mientras que en los instrumentos colectivos ronda entre el 0,2% y el 0,6%. Una diferencia que no parece muy grande pero que en 10 años puede suponer el 15% de mi patrimonio”.
Desde Optima Financial Planners, Maite Lázaro Sánchez, consultora de ahorro-previsión, y Daniel López Vega, analista financiero, tienen claro que las diferencias en rentabilidad se explican tanto por las comisiones, que todos los planes de pensiones soportan, como por “el mayor control que ejercen los partícipes sobre las inversiones realizadas por el fondo a través de la comisión de control del plan, lo que puede incidir en una gestión más eficaz”.
Además, hay que tener en cuenta el tipo de inversión que se aplica. Los de empleo son, por regla general, aún más conservadores que la media de los individuales. Según los datos que manejan en Mercer, la composición de las carteras de los productos colectivos en los últimos años ha incluido en torno al 30% de renta variable, algo más del 50% en renta fija, un 10% para tesorería (principalmente renta fija a corto plazo) y un 5% para inversión inmobiliaria y alternativa, una composición que, según Bellavista, demuestra que “las cosas se están haciendo bien”; no obstante, “estamos observando cambios en la forma de invertir, cierta tendencia a salir de España y Europa y buscar otras zonas”. Recuerda que en Bolsa históricamente se invertían dos tercios en zona euro, con sobreexposición a España, y solo un tercio fuera, y en 2012 también se ve una reducción de la renta fija española, pública y privada, para ir más a zona euro y fuera de ahí.
En March no están de acuerdo con la política de inversión que llevan a cabo en España los planes de empleo, ya que “en general les falta diversificación. Están muy invertidos en renta fija pública o privada, pero generalmente española, y les falta peso de la inversión alternativa, como ocurre en otros países, donde esta representa entre el 15% y el 20% del total. Necesitan mayor diversificación en activos y en zonas geográficas y aplicarse la inversión según el ciclo de vida”.
El experto de March se refiere con esto último a la posibilidad que da la ley de articular a través de subplanes distintas políticas de inversión según horquillas de edades, “un modelo que debería aplicarse más”. En su opinión, los planes de empleo no se han invertido bien, ya que en ellos hay gente de perfil muy diferente: “Los más mayores querrán ser conservadores, mientras que los más jóvenes buscarán más riesgo y no querrán invertir en renta fija para que la inflación se coma las ganancias. En definitiva, las comisiones de control suelen aplicar políticas que no contentan a nadie”, concluye Monterde.
La queja de los especialistas de Optima viene por el lado de la opacidad, ya que “las carteras de los planes de pensiones en general, y muy en particular en el caso de los planes de empleo, son una información prácticamente tabú”.
Pero estamos viendo lo que ocurre de media en los planes de pensiones, lo que significa que, si se analizan individualmente hay de todo como en botica. Con datos a 31 de diciembre de 2012, de los diez primeros fondos de pensiones, los cuatro primeros son colectivos –los de La Caixa, Telefónica, BBVA y Endesa– y otros dos –de empleados de Iberdrola y de Caja Madrid– se cuelan en el top ten de los planes con más patrimonio.
Aunque ser más grande no significa tener los mejores resultados. Los que mejor comportamiento han tenido en 2012 han sido el PPE Grupo Caja Ingenieros, con un 17,09%; el Ove Arup & Partners, gestionado por Bestinver, con un 17,07%, y el PP Renta 4 Empresas 1, con un 15,9%, de Renta 4. Nuestra enhorabuena a sus partícipes.
De cara a la jubilación, nada nos parece suficiente
Según el Barómetro de Planes de Pensiones de Empleo de VidaCaixa Previsión Social, que recaba la opinión de partícipes y miembros de comisiones de control de toda España, tres de cada cuatro encuestados cree que no tendrá suficiente para vivir con la pensión pública y consideran que las aportaciones que realiza su empresa no serán suficientes para complementarla. Tanto es así que la mayor parte de ellos (el 93%) utiliza algún otro tipo de instrumento de ahorro para la jubilación de ámbito particular, incluyendo inmuebles.
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